sábado, 8 de diciembre de 2007

donde estas?

Lloro al recordar que hace mucho
era capaz de llorar de felicidad.
Pero, no hay motivos para un llanto sin tristeza
ni de llanto sin dolor.
Tengo, mas bien, motivos de preocupación...
¿cuándo encontraré mi sombra?
la habilidad del buen llanto desapareció
al perder mi sombra (o tal vez, ¡la muy pícara se escapo!)
esa capacidad absoluta de llorar con lágrimas
sinceras y tibias,
mi sombra se la llevó.
Me preguntó la Soledad sobre mi búsqueda obsesiva
y la respuesta, como siempre, nació fácil:
no solo mi llanto verdadero
mi sonrisa dócil
mi tacto infalible
la dulzura en mi voz
mis hábitos y costumbres extravagantes
mis breves actos de lucidez
y mi propia vida
se fueron con mi sombra.
El resumen de lo vivido y el vaticinio de mis pocos años venideros
se fueron al traste.
Por eso,
he de encontrarla.