domingo, 5 de septiembre de 2010

Sol (parte I)

Visita la tumba de La Luna la niña llamada Sol, aquella que no sonreía a causa de un virus estreptocóquico altamente violento que atormentaba su rosada tez. Vagaba por la montaña buscando la tumba en el viejo cementerio de lunas y soles, de estrellas y planetas, de vientos y cometas hasta dar con el mausoleo de La Luna con la esperanza de allí hallar una cura para su mal.
¿Viste al perro azul que vigilaba la entrada dando vueltas con los ojos cerrados? Le preguntó La Luna a la niña llamada Sol que entraba al mausoleo llena de miedo y pavor. No. ¿Viste a mi pájaro cantor que canta melodías dulces y tristes? No. ¿Qué viste? Nada. ¿A qué has venido? Quiero sonreir.

(S)(M)uerte

Deseosa de nuevo deseos
vierte su mirada en mí, la suerte
que escapa de la muerte
y busca cobijo en mi almohada.

Yo no tengo deseos,
nada deseablemente deseable
ni nada que no deje de desear.

Se aleja la suerte que de aburrimiento yacía tendida en la alfombra
de lana.

Se aleja la muerte, por falta de ganas
por exceso de trabajo
por que ya no le creo
por que ya no la quiero.

Sin suerte ni muerte
sin deseos desdeñosos
sin deseos ponzoñosos
sin ánimos de lucir la atadura de la vida,
el cordón umbilical.

Y perezco en mi alamohada de asfixia extenuante
de vida sin vivir
ni sueños que dormir.

Y vivo.

viernes, 23 de abril de 2010

Tanto y poco

Ha pasado tanto y pido tan poco,
para éste cuerpo que es tuyo,
para mi ser que ya no es nada.
La sonrisa en el espejo que imita mi sonrisa en el vacio,
el fuego eterno que espera sin desesperar.

Ha pasado tanto tiempo y pido tan poco,
para ésta soñadora del viento
para mis pies que de caminar estan cansados.
Aquella sonrisa al vacio perdido y al fuego paciente dedico mis pensamientos.
A la verdad difusa, mal vestida y siniestra,
al amor que te tengo,
a la espiral de papel de la vida,
a los recuerdos que se olvidan,
a la breve inseguridad de tu boca.
A todos ellos que tanto me han pedido
y tan poco han recibido.

Ha pasado tanto tiempo y pido tan poco,
para la ilusa de la arena salada del mar rojo y muerto.
Tanto tiempo que mi vida se escapa entre mis dedos,
tan poco que mi respirar no basta.

Ha pasado tanto y ya no pido nada.

domingo, 17 de enero de 2010

Domingo noche

La noche mis sueños tortura,
el viento en mi balcón
grita tu nombre y apellidos.

Mi vida, mi naufragio
mi vida, mi calvario.
La lluvia que limpia
no limpia las manos tan cansadas.

Llanto, dolor, miseria y sonrisas,
todo en un solo rostro,
tu rostro,
mi rostro falso.

Febrero que no llega.
pero llega y no condena
Son más los que se van
y menos quien se queda...
¿quién se queda?

Un número, una línea,
la perspectiva lo mancha todo.
Y la lluvia
la lluvia y el viento,
que son amantes,
que son andantes,
borran sin piedad aquellas huellas
de calor numérico-lineal.

¡Ay!
Si pudiera sumar el trueno
y dividir mis sueños entre tus dedos....
= tus ojos.