viernes, 16 de noviembre de 2007

invitada presente

Otra vez otoño y las hojas caen
de los árboles casi desnudos
casi amarillos.
Olor neutro y gélido
corta las palabras antes de decirlas.
Hay frío también en las heridas
y la soledad asoma desde la ventana
y saluda sarcástica,
e intenta entrar...
¡error!
Ya dentro esta MI soledad:
no necesita invitación,
no necesita tocar la puerta ya abierta,
no necesita marcharse.
Busca un rincón abrigadito en mi habitación
se sienta a tejer
la enrevesada historia que aún me queda
por no vivir.

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